martes, 7 de junio de 2011

Micaela


A sus 89 años, Micaela sigue viviendo en su pequeño y viejo piso. Hace ya 5 años que se quedó sola, pero se resiste a ir a una de esas residencias llenas de gente desconocida.
Cada día se levanta a las 11 de la mañana, se asea, se toma la taza de leche con dos galletas y se pone, durante más de media hora, frente al espejo a peinar su ya poco poblada cabeza blanca. La gusta estar así mientras recuerda los buenos momentos vividos junto a su marido. Siempre con una sonrisa dulce en su rugosa cara agradece a la vida todo lo que la ha dado.
Muy despacio para no caerse, va hacia la sala, se sienta en la butaca, y frente a una mesa camilla se pone la tele y comienza a hacer los ejercicios para mayores que recomiendan en ese programa de la tele.
A las 14h llega, para Micaela, el mejor momento del día, cuando viene su hijo pequeño, que trabaja cerca, a hacer la comida y comer junto a ella en esa mesa camilla que ya ha llenado con su vieja vajilla. La brillan los ojos durante esa hora y media. Él la cuenta cosas de las que no entiende casi nada, pero eso es lo de menos...
Cuando se va, se queda dormida en el sofá y lo primero que hace al despertarse es volver al espejo a peinarse.
La noche es lo más duro para Micaela, es larga y no entiende nada de lo que ponen en la televisión, a si que coge su transistor, se va a la cama y se duerme con él en la mano.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ortega eres un ckrac, es muy triste pero es la pura verdad.

Anónimo dijo...

Las condiciones que sufren nuestros mayores algun dia nos tocara a nosotros ,los politicos recortan presupuesto en este tema ,se deriva a iniciativa privada ,es decir solo importa la facturacion ,lo demas da igual ,menuda PUTA MIERDA .

(lo siento....)franki

Alberto dijo...

Siempre grande FER!