La decepción llega cuando tienes unas expectativas por algo o alguien que no coinciden con la realidad.
Cuando te llega es un "shock", pero vuelves a la realidad. Es el fin de una larga mentira.
Lo mejor de la decepción es lo que se aprende de ella.
Intentas no volver a cometer el mismo error.
Pero surgen nuevas cosas y nuevas gentes y se puede volver otra vez en otra decepción.
El/la que te decepciona se cae por su propio peso, no puede mantener una mentira durante tanto tiempo.
Es díficil predecir una decepción, hay tantas cosas que no sabemos, que nos ocultan.. suele llegar de golpe.
Después de superar el trance sales reforzado.
Piensas que hay tantas cosas y personas en el mundo que no merece la pena perder el tiempo en seguir pensando en ello.
Hay veces que vuelve a aparecer esa persona y es extraño verla de diferente forma a como la veias antes.
El/la que decepciona es el peor parado, aunque piense lo contrario (es habitual), lo hace para intentar reforzarse, a veces nunca llega a darse cuenta, otras lo hace después de un tiempo.
Lo importante después de la decepción es no desilusionarse, hay tanto por descubrir que sería un error volverse un escéptico. Prefiero confiar y seguir encontrando.
2 comentarios:
Muy buena reflexión. Hay que aprender a ver las decepciones como victorias personales, porque hemos sido capaces de ver la realidad como es y eso tiene mérito, aunque entristezca saberla en ocasiones...
Por cierto, Testi, ¿qué tal te trata la vida?
Un beso!!
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