Depedro

Cuando alguien sale a un escenario, solo, con una guitarra acústica , se planta ante cientos de personas e interpreta un tema como "La Brisa" ya piensas que ha merecido la pena hacer 300 kms para ver aquello.

Solo puedes quedarte quieto, mirandolo, con la boca abierta o tarareando la canción, si te la sabes, y observar.

Te olvidas de todo, quieres percibir lo máximo posible que llega desde el escenario, piensas que tienes 1 hora y media por delante para sentir. Sentir lo que pocas veces se siente, quizá en momentos puntuales como antes o durante un viaje, un concierto o un encuentro con alguién con quien deseas estar.

La compañía, siempre la parte más importante de todos estos momentos, la que te intensifica los sentimientos, esta vez también acompañaba.
Pero poco caso haces a la compañia cuando lo que estas percibiendo te atrapa de tal forma que no quieres desprenderte de ello, quieres seguir en ese estado y que no acabe nunca.
Uki y Malú bailaban y cantaban desquiciadamente, a Carmela no se la quitó la sonrisa de oreja a oreja y mirada brillante en todo el concierto y Gonza, como siempre, observaba (sobretodo al batería que tocaba el bajo al mismo tiempo con el pie).

La música de Depedro tan peculiar que no puedes describir, sencilla y a su vez llena de influencias (africanas, latinas, blues...), las letras llenas de poesía, metáforas y melancolia y sobretodo la inconfundible voz y personalidad de Jairo Zavala dejó obnubilados.
Con temas como "La memoria", "Como el viento", o la versión de "Llorona" de Chavela Vargas gozamos como pocas veces,además de invitar a evadirte, imaginar y pensar sobre muchas cuestiones. Si decía que dedicaba una canción a los que luchan por conseguir sus sueños pues pensabas en tus sueños y el recorrido que te queda por alcanzarlos.

En fin, un inciso en el camino de la vida, que "Depedro" nos hizo vivir en medio de la rutina que nos arrastra día a día.

Os dejo con un video del concierto "Nubes de Papel" que me dio por grabar en el que la peña se vino arriba.